De repente me encontré con una taza de Tilo y un libro de
auto ayuda, y entre lágrimas logré verme intentando, en vano, calmar mis nervios, mi angustia, mi dolor, mi aflicción...
Y en ese insignificante libro de unas pocas páginas, al que acudo seguido, descubrí unas líneas un poco optimistas para mí, pero increíblemente hermosas y reales; las edité un poco y llegué a esto:
CREO...Que, con ternura, un corazón sin vida puede volver a latir.
Que hay un lugar en el corazón donde habita la esperanza, y es en ese lugar de nuestro corazón donde encontramos el calor necesario para sufragar noches solitarias de recuerdos y desengaños.
Que "la casualidad", o tal vez el destino, nos une a seres que atienden y fertilizan nuestra esperanza.
Que
no debemos poner limitaciones a los sueños por realizar, aunque parezcan imposibles.
Que nos han enseñado a dar y no sabemos recibir con generosidad.
Que la paciencia es la que mantiene la esperanza.
Que nunca es tarde para
arrepentirse y pedir perdón.
Que al sentir una mirada... un corazón enamorado puede embriagarse.
Que sí, se puede aprender a confiar nuevamente. Alguien me enseñó alguna vez que SIEMPRE se puede...
Que yo no puedo enseñarte lo que no tengo, pero sí podemos intercambiar lo que sabemos.
Que hay que
decir lo que se siente, hacer lo que se piense y dar lo que se tiene.
Que las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca.
Creo que aún hay ESPERANZA...
Que si hacemos y vivimos de acuerdo con nuestro corazón,
si damos lo mejor de nosotros cada instante de nuestra VIDA...
Si amamos desinteresadamente,
si hacemos a los demás lo que nos gusta o deseamos que nos hagan a nosotros...
Este mundo en el que vivimos tal vez pueda llegar a cambiar.
Creo que la vida es hermosa, que nos llena de oportunidades para sentirnos felices de estar vivos. Y hay que aprender a amarla con sus obstáculos, con sus problemas, con sus días grises negros y blancos. Siempre.
Creo en los afectos, en la ternura, en los amigos.
Creo que nunca es tarde para comenzar de nuevo.