miércoles, 25 de noviembre de 2009

Supongo que me sobre exijo, y sé que no está bien. Todo el tiempo, en todo lo que hago, intento hacer lo mejor y tomo conciencia de que nunca va a ser así. ¿Por qué? Si comprobé que nadie en el mundo es perfecto, ¿por qué yo tengo que intentar serlo? No es así. Y continuamente me equivoco y lo único que hago es recordarme mis propios errores y defectos. Quiero, de alguna manera, destacarme en lo que hago, para no decepcionarme, para no decepcionarlos... Para no sentir que fue uno más de mis fracasos, para que de una vez valoren mi esfuerzo y hasta se sientan, aunque sea un poco, orgullosos de mí.

martes, 17 de noviembre de 2009

A veces siento que tan sólo necesito un abrazo,
y alguien que me diga que todo va a estar bien.
Tal vez eso sea suficiente para sobrevivir.

sábado, 14 de noviembre de 2009

En siete días Dios creó el mundo...
Y en siete segundos,
yo destruí el mío .

domingo, 8 de noviembre de 2009

¡Hola! Me llamo Pablo, tengo un año y medio de edad, aunque no sé que significa eso. Lo que sí sé es lo que siento cuando se me cae el sonajero, cuando entre las sábanas se me pierde mi osito de peluche. Es tal mi desesperación que lloro y grito muy fuerte para que mis padres me oigan y acudan en mi auxilio. ¡Qué angustia! Esos sí son problemas delicados.

¡Hola! Soy Pablo, tengo siete años, me gusta jugar fútbol. El mes pasado me saqué un 10 en matemáticas y adivinen que me compraron: una pelota profesional. Yo era el niño más feliz del mundo. Todo era felicidad hasta hoy, porque mi pelota se rompió y mi madre me dijo que no va a volver a comprarme otra porque no sé cuidarlas. ¡Qué angustia! Esos sí son problemas complicados.

Hola! Qué tal ! tengo 14 años, me llamo Pablo Sierra.. Alguna vez se han puesto a pensar ¿quien eres tu? ¿porqué nací aquí? ¿qué será de mi futuro? ¿Por qué soy yo y no tú?. En realidad me doy cuenta que con tantas cosas en qué pensar, la vida se va haciendo más difícil y de que francamente es imposible descifrar los enigmas de la vida. Qué angustia! Estos si son problemas complicados.

¡Hola! ¿Cómo estás? Me llamo Pablo y voy cumplir la grandiosa cantidad de 18 años. Reprobé cuatro materias y creo que estoy perdido. Soy un fracaso, no sirvo para nada. No quiero pensar en esa mirada de mi padre al ver mis calificaciones. Sus ojos van a parecer los de un león furioso. Y eso no es todo: creo que lo que me tiene peor, es esa chica que conocí hace un tiempo. Creo que estoy enamorado de ella, pero ni me mira. No sé que hacer, no sé que decir, no sé como actuar. Esta vida no vale nada ¡cómo me gustaría ser niño otra vez, volver a tener esa edad en que uno no tiene problemas! ¡Qué angustia! Esos sí son problemas complicados.

Buenas tardes, soy el Lic. Pablo Sierra. La empresa donde trabajo no me paga lo que en realidad me merezco. He estudiado toda una vida ¿Y esto es lo que recibo? ¡No es posible! Con esta crisis que nos ahoga a todos y con este gobierno corrupto que tenemos, me estoy hundiendo en la desesperanza. Ya no soy tan feliz como cuando era adolescente; entonces no tenía preocupaciones, no tenía responsabilidades. ¿Qué problemas podía tener? Tenía casa, comida, ropa, todo resuelto. Mi única obligación era estudiar, les diré una cosa: prepárense para el futuro porque está lleno de problemas complicados. ¡Qué angustia!

Mucho gusto, soy Pablo Sierra Rivas, Doctor en Derecho. Soy padre de familia. No es fácil serlo, aunque de mis hijos no me puedo quejar. A la que no soporto es a mi esposa. No es la misma que conocí hace 18 años. ¡Bendita edad! Se construyen castillos en el aire, se sueña con ser millonario, famoso, o con triunfar en una carrera profesional. Ahora todo es diferente; la vida es más dura de lo que parece en realidad y estoy sintiendo una gran angustia al no poder hacer nada por cambiarla. Definitivamente, estos sí son problemas complicados.

¡Ya soy abuelo! Mi nieto se llama Pablo, como yo. Gracias a Dios nació saludable. ¡Qué suerte tendría si pudiera disfrutarlo con salud! Si yo la tuviera, sería el hombre más feliz del mundo, haría tantas cosas que no puedo hacer... Caminaría por el parque de la mano de esa bendita mujer que tengo hace más de 40 años, jugaría con mi nieto a la pelota, viajaría de vez en cuando con el dinero que logré reunir y que ahora se me va en medicinas. ¡Qué lástima que la vida sea tan angustiosa y yo esté lleno de problemas!

¿Qué pasa? No sé donde estoy. Sólo veo una luz, el resto es obscuridad. Hace un tiempo dejé de vivir, pero sigo existiendo. Tarde me di cuenta de que la vida es más sencilla de lo que parece, de que en realidad estuve muerto en vida, quejándome de todo, sintiendo que la vida era sufrimiento. No entiendo por qué me preocupaba por un sonajero o por una pelota rota. ¡Qué importaba que debiera cuatro materias o todas las materias! ¿Por qué le tenía miedo a esa chica que llegó a ser mi esposa y que sólo de viejo supe valorar? ¿A quién diablos le importa el costo de la vida o el gobierno? ¿Por qué me preocupaba tanto por mi salud cuando en realidad podía haber disfrutado de muchas cosas de todos modos? Lo más importante era que estaba vivo, tenía sueños y esperanzas. Yo mismo me impuse el peor castigo: No vivir la vida. Tarde me di cuenta de que en realidad no existen los problemas complicados; tarde me di cuenta de que el secreto de una vida plena es vivir intensamente cada momento; tarde me di cuenta de que el secreto es aprovechar cada día y ser feliz con lo que se tiene.
"La gente deambulaba a su alrededor, pero no le importó. Laura recordó aquella noche mágica en la que la luz de la luna se colaba por el cenador, olía a flores y se dejó dominar por la promesa de un
sueño
- . ¿Alguna vez me quisiste? Necesito saberlo. Yo también tengo que pensar en mi vida.

Peter la contempló con el mar a la espalda, el pelo iluminado por el sol, y la piel clara y frágil. No pensaba decirle la verdad, pero las palabras salieron de su boca:
- No, nunca te quise, pero te deseaba.
Laura se dio cuenta de que el corazón podía romperse más de una vez, pero asintió y se volvió para contemplar el mar.
Pensó que podía romperse infinitas veces. "

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Me creía fuerte, hasta que por fin descubrí que vos eras quien me daba esa fuerza para seguir. Creía que, tal vez, era capaz de poder superar cualquier tipo de situación; hasta que me di cuenta de que en situaciones en las que uno se entrega no hay manera de no salir lastimado.
Pensé que había encontrado la manera de estar bien, hasta que comprendí que cualquier instante puede robarnos el equilibrio y la estabilidad interior.
No pido que mi vida sea como un cuento de hadas en el que todo se resuelve felizmente, tan sólo quisiera congelar la realidad en el preciso instante anterior a escuchar lo que hubiera preferido que nunca me digan.
No me pidan que esté bien cuando ya no quedan motivos reales para sentirme suficiente. No me pidan que muestre mi mejor sonrisa cuando, en realidad, lo único que quiero es llorar, gritar y hacerme mierda, en un intento fallido (como tantos otros) de descargar lo que siento dentro.
No intenten entenderme cuando sólo quiero desaparecer de este mundo. Tampoco pidan explicaciones.
Necesito escuchar algo que por fin me haga bien. Necesito un abrazo. Necesito saber que siemplemente estás conmigo para ayudarme, para acompañarme.
Me siento vacía, sin motivos felices, sin razones que fundamenten que vale la pena seguir, vivir.
Necesito todo, y no tengo absolutamente nada.

domingo, 1 de noviembre de 2009

F U C K !
Evidentemente TODO logró superarme .
Lloré hasta sentir las lágrimas secarse en mis dedos. Lloré hasta respirar profundo y darme cuenta de que ya nadie me hacía bien. Lloré hasta entender que estaba sola y desprotegida en este lugar. Lloré hasta perder la conciencia y sentirme completamente inútil. Lloré, porque comprendí que nada era capaz de hacerme sentir viva y, hasta a veces, poder arrancarme una sonrisa; nada podía ser tan sorprendente y real al mismo tiempo. Lloré porque sentí tu ausencia, esa que hasta hoy nunca había estado, y por fin logré darme cuenta de que en realidad, aunque me cueste aceptarlo, no es culpa de nadie ni de nada lo que me sucede. Lloré, porque por primera vez en mi vida me sentí realmente sin apoyo, sin amigos, ni nadie a quien recurrir cuando la soledad corta mis palabras y ahoga mi respiración, gozando una dulce venganza de mis errores y tropiezos. Y fue así como me ví de nuevo en esta habitación tratando de recordarte, recogiendo los pedazos de tu boca, armando de a poco tu risa y sepultando otras voces, para poder entre ellas distinguir tus susurros; y sin querer entenderlo, cuando ninguna de las fichas encajaba, entendí que te había olvidado y que además, había olvidado tantos sueños y tantos otros recuerdos felices. Lloré, porque sólo tenía viejos recuerdos, algunas imágenes borrosas de las que casi no distinguía tu lejana y triste mirada. Lloré hasta creerme feliz por un instante, hasta que sin motivos empecé a reír sin parar, sin llegar a entender completamente qué estaba haciendo. Lloré hasta verte al lado mío, secando con tanto amor mis lágrimas, tratando de aliviar mi llanto. Lloré, porque de alguna manera me estaba resignando a seguir cada minuto y cada segundo sin tu compañía. Lloré porque creía sentirme fuerte y comprendí que vos me dabas esa fuerza capaz de hacerme sentir el aire rozar con mis labios; lloré porque nunca te diste cuenta de que todo lo que hacía era solamente por vos, porque nunca sentí que mi esfuerzo era suficiente para que te sintieras orgulloso de mí. Lloré, porque vivía cada día sin vivirlo, creyéndome feliz, convenciéndome de que todo lo que hacía estaba bien. Vivía sólo para entregarte hazañas, mis energías, mi vida en un segundo y poder sonreír al saber que te quedarías sólo por mí. Y después de eso, volví a entender que cada cosa que hacía era inútil, que a nadie le importaba verdaderamente lo que hacía o dejaba de hacer. Y lloré, para descargar de una vez por todas, todo el dolor que me ocasionaba sentirme tan poca cosa, de pronto me había olvidado de cómo era sentirse orgullosa de una misma, lloré porque te extrañaba por primera vez y no podía hacer nada para recuperarte. A pesar de mis intentos siempre hay algo que supera mis fuerzas y me derriba haciendo caer una y otra vez de la misma forma, en el mismo lugar, lastimando mi dignidad. Fue así, que al saber que te habías ido perdí todas las ganas de seguir; tal vez me acostumbre demasiado a tenerte cerca y a que me transmitieras cada día un poquito de tu filosofía, porque de cada día hacías una historia diferente. Antes de que llegaras no confiaba en nadie, ni siquiera en mí, y la verdad es que siempre supe que algún día te iba a perder, porque lo bueno nunca dura mucho (al menos para mí) y lloré como tantas otras veces, a escondidas, para no defraudarte. Lloré, porque te necesitaba más que nunca, más que siempre y la noche recién comenzaba.

Y me muero por tenerte junto a mí, cerca ...
Te miro,
no estas ahí.
Te pienso,
no estas aquí.
Te sueño,
y no estas allí.
Creo mirarte, pensarte y soñarte
a pesar que no estas...


And you say you belong to me and ease my mind. Imagine how the world could be, so very fine, so happy together... I can't see me loving nobody but you for all my life. When you're with me, baby the skies'll be blue for all my life. Me and you and you and me, no matter how they toss the dice, it has to be the only one for me is you, and you for me, so happy together...

... Y si para nuestro amor no encuentro un buen adjetivo es porque te amo mucho, mucho más del 'te amo' que te digo
Todos buscan el amor perfecto, un amor sin problemas, un amor color de rosa, un amor que no existe. No intenten amar sin sufrir, mucho menos sin llorar, porque tanto amor por lo menos una lágrima ha de derramar. Así que no intenten encontrar un amor que no existe porque se pueden decepcionar y entonces, entonces si sufrirán.

"A orillas del río Piedra me senté y lloré. Cuenta una leyenda que todo lo que cae en las aguas de este río – las hojas, los insectos, las plumas de las aves – se transforma en las piedras de su lecho. Ah, si pudiera arrancarme el corazón del pecho y tirarlo a la corriente; así no habría más dolor, ni nostalgia, ni recuerdos.
A orillas del río Piedra me senté y lloré. El frío del invierno me hacía sentir las lágrimas en el rostro, que se mezclaban con las aguas heladas que pasaban por delante de mí. En algún lugar ese río se junta con otro, después con otro, hasta que - lejos de mis ojos y de mi corazón - todas esas aguas se confunden con el mar.
Que mis lágrimas corran así bien lejos, para que mi amor nunca sepa que un día lloré por él. Que mis lágrimas corran bien lejos, así olvidaré el río Piedra, el monasterio, la iglesia en los Pirineos, la bruma, los caminos que recorrimos juntos.
Olvidaré los caminos, las montañas y los campos de mis sueños, sueños que eran míos y que yo no conocía.
Me acuerdo de mi instante mágico, de aquel momento en el que un "sí" o un "no" puede cambiar toda nuestra existencia. Parece que sucedió hace tanto tiempo y, sin embargo, hace apenas una semana que reencontré a mi amado y lo perdí.
A orillas del río Piedra escribí esta historia. Las manos se me helaban, las piernas se me entumecían a causa del frío y de la postura, y tenía que descansar continuamente.
- Procura vivir. Deja los recuerdos para los viejos – decía él.
Quizá el amor nos hace envejecer antes de tiempo, y nos vuelve jóvenes cuando pasa la juventud. Pero ¿cómo no recordar aquellos momentos? Por eso escribía, para transformar la tristeza en nostalgia, la soledad en recuerdos. Para que, cuando acabara de contarme a mí misma esta historia, pudiese jugar en el Piedra; eso me había dicho la mujer que me acogió. Así - recordando las palabras de una santa - las aguas apagarían lo que el fuego escribió.
Todas las historias de amor son iguales."

River Plate (L)

River Plate (L)
Gracias por tantas alegrías... El más grande sigue siendo River Plate