viernes, 30 de octubre de 2009

... Y así, después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas está la única y mejor forma de superarnos.
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor, y que quizás nunca lo fui.
Me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es el derecho de llamar a alguien 'AMIGO'.
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, 'el amor es una filosofía de vida'.
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.



Walt Disney

miércoles, 28 de octubre de 2009

Nuevamente tuve que recurrir al pasado, a recuerdos de algunos instantes de felicidad, para poder respirar un rato más, para sobrevivir aunque no fuera mi intención. Y, sin siquiera darte cuenta, me salvaste una vez más.

martes, 27 de octubre de 2009

A veces dudo de lo verosímil, de si lo que nosotros creemos real, realmente lo es... o tal vez sea uno más de nuestros sueños, producto de la propia imaginación.
¿O será, quizás, que alguien alguna vez nos impuso algo como real, algo como imaginario... y nosotros no nos atrevemos a cambiarlo?
Ojalá me sintiera tan segura de mí misma como para poder afrontar esa realidad que tanto nos lastima y, por fin, poder cambiarla... o al menos intentarlo, sin tener la firme idea de que no voy a poder, de que voy a fallar, sin miedo a equivocarme, sin estar completamente convencida de que tan sólo va a ser uno más de mis tantos fracasos.

domingo, 25 de octubre de 2009

Decidí intentar estar un poco mejor .

miércoles, 21 de octubre de 2009


Quizás nunca logro comprender del todo cómo son las cosas, pero sí logré darme cuenta de lo difícil y complicado que es
todo.
Que siempre va a haber alguien pisando tu cabeza tan sólo para encontrarse un escalón más arriba.
Que siempre que caigas va a haber alguien que intente levantarte, y alguien que quiera mantenerte en el suelo o incluso más abajo, arrastrándote.
Que cada vez que te equivoques, el mundo va a empeñarse en recordártelo a diario, para sacarte valor.
De repente no sé cómo se siente estar orgullosa de una misma, no encuentro nada bueno en mí. Quizás eso se llame "dejar influenciarse" por el resto, por aquel que sólo quiere destruirte. Y quién sabe si aquel que se muere de ganas de verme en el peor de los momentos, sea yo misma.

lunes, 19 de octubre de 2009

De repente me encontré con una taza de Tilo y un libro de auto ayuda, y entre lágrimas logré verme intentando, en vano, calmar mis nervios, mi angustia, mi dolor, mi aflicción...
Y en ese insignificante libro de unas pocas páginas, al que acudo seguido, descubrí unas líneas un poco optimistas para mí, pero increíblemente hermosas y reales; las edité un poco y llegué a esto:

CREO...

Que, con ternura, un corazón sin vida puede volver a latir.
Que hay un lugar en el corazón donde habita la esperanza, y es en ese lugar de nuestro corazón donde encontramos el calor necesario para sufragar noches solitarias de recuerdos y desengaños.
Que "la casualidad", o tal vez el destino, nos une a seres que atienden y fertilizan nuestra esperanza.
Que no debemos poner limitaciones a los sueños por realizar, aunque parezcan imposibles.
Que nos han enseñado a dar y no sabemos recibir con generosidad.
Que la paciencia es la que mantiene la esperanza.
Que nunca es tarde para arrepentirse y pedir perdón.
Que al sentir una mirada... un corazón enamorado puede embriagarse.
Que sí, se puede aprender a confiar nuevamente. Alguien me enseñó alguna vez que SIEMPRE se puede...
Que yo no puedo enseñarte lo que no tengo, pero sí podemos intercambiar lo que sabemos.
Que hay que decir lo que se siente, hacer lo que se piense y dar lo que se tiene.
Que las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca.
Creo que aún hay ESPERANZA...
Que si hacemos y vivimos de acuerdo con nuestro corazón,
si damos lo mejor de nosotros cada instante de nuestra VIDA...
Si amamos desinteresadamente,
si hacemos a los demás lo que nos gusta o deseamos que nos hagan a nosotros...
Este mundo en el que vivimos tal vez pueda llegar a cambiar.
Creo que la vida es hermosa, que nos llena de oportunidades para sentirnos felices de estar vivos. Y hay que aprender a amarla con sus obstáculos, con sus problemas, con sus días grises negros y blancos. Siempre.
Creo en los afectos, en la ternura, en los amigos.
Creo que nunca es tarde para comenzar de nuevo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Nos asustan los fantasmas y, sin embargo, vivimos minuciosamente entre ellos: son nuestro ser anterior, el que vivió en una casa, el que pasó por un jardín, el que viajó por diferentes lugares del mundo, el que fue increíblemente feliz o increíblemente desdichado.

jueves, 15 de octubre de 2009

martes, 13 de octubre de 2009


Si uno se detiene apenas unos instantes a observar el movimiento del mar, a simple vista puede darse cuenta que se encuentra en continuo movimiento, que sus aguas vienen y van hacia quién sabe dónde.

A veces me invaden las ganas de juntar todas esas cosas que me hacen mal y depositarlas ahí, en esas aguas, para que se vayan lejos y que no vuelvan nunca.

Todas esas palabras que algún día destruyeron mi mundo, todas esas cosas que hubiera preferido no escuchar; esas palabras que en un pasado me hirieron en lo más profundo y hoy, sin saber por qué, forman parte de mi presente y siguen lastimándome.

Y tal vez sea eso lo que hace que no le de valor a lo que muchos llaman vida.

Tal vez sea eso lo que no me deja ser, lo que no me deja hacer lo que hace tiempo no hago... VIVIR .

domingo, 4 de octubre de 2009

Otra vez la sensación de estar peor que antes.
Otra vez la tentación que voverá a tentarme.
No quiero hacerme mal,
¡extraño el gusto del desastre!

jueves, 1 de octubre de 2009

Cuando sentís que no aguntás más, que no vas a poder seguir. Y, sin embargo, sin saber siquiera por qué, seguís adelante...
Cuando sentís una angustia enorme adentro, que te oprime y no te deja en paz.
Cuando apenas podes respirar, esforzándote mucho y casi sin ganas.
Cuando de a poco vas perdiendo las pocas esperanzas que quedaban.
Cuando tu mundo interior se derrumba, y afuera todo sigue como si nada.
Cuando defraudaste a todas aquellas personas a las que querés, incluso a vos misma.
Pero ahora te odiás, y ya nada es igual.
Ahora tus muñecas hablan por vos y nadie logra entenderte y comprender lo que hacés, ni siquiera vos.
Te lastiman, te lastimás y lastimás al resto.
De sentir tanto dolor, ya no sentís nada.
Ya no te importa nada.
Ya no hay razones para seguir, para luchar.
A pesar de todas las consecuencias, a pesar de todo mi orgullo, a pesar de todas esas pequeñas cosas que decías, cuando las luces se apagan, te necesito...
Lloré hasta sentir las lágrimas secarse en mis dedos. Lloré hasta respirar profundo y darme cuenta de que ya nadie me hacía bien. Lloré hasta entender que estaba sola y desprotegida en este lugar. Lloré hasta perder la conciencia y sentirme completamente inútil. Lloré, porque comprendí que nada era capaz de hacerme sentir viva y, hasta a veces, poder arrancarme una sonrisa; nada podía ser tan sorprendente y real al mismo tiempo. Lloré porque sentí tu ausencia, esa que hasta hoy nunca había estado, y por fin logré darme cuenta de que en realidad, aunque me cueste aceptarlo, no es culpa de nadie ni de nada lo que me sucede. Lloré, porque por primera vez en mi vida me sentí realmente sin apoyo, sin amigos, ni nadie a quien recurrir cuando la soledad corta mis palabras y ahoga mi respiración, gozando una dulce venganza de mis errores y tropiezos. Y fue así como me ví de nuevo en esta habitación tratando de recordarte, recogiendo los pedazos de tu boca, armando de a poco tu risa y sepultando otras voces, para poder entre ellas distinguir tus susurros; y sin querer entenderlo, cuando ninguna de las fichas encajaba, entendí que te había olvidado y que además, había olvidado tantos sueños y tantos otros recuerdos felices. Lloré, porque sólo tenía viejos recuerdos, algunas imágenes borrosas de las que casi no distinguía tu lejana y triste mirada. Lloré hasta creerme feliz por un instante, hasta que sin motivos empecé a reír sin parar, sin llegar a entender completamente qué estaba haciendo. Lloré hasta verte al lado mío, secando con tanto amor mis lágrimas, tratando de aliviar mi llanto. Lloré, porque de alguna manera me estaba resignando a seguir cada minuto y cada segundo sin tu compañía. Lloré porque creía sentirme fuerte y comprendí que vos me dabas esa fuerza capaz de hacerme sentir el aire rozar con mis labios; lloré porque nunca te diste cuenta de que todo lo que hacía era solamente por vos, porque nunca sentí que mi esfuerzo era suficiente para que te sintieras orgulloso de mí. Lloré, porque vivía cada día sin vivirlo, creyéndome feliz, convenciéndome de que todo lo que hacía estaba bien. Vivía sólo para entregarte hazañas, mis energías, mi vida en un segundo y poder sonreír al saber que te quedarías sólo por mí. Y después de eso, volví a entender que cada cosa que hacía era inútil, que a nadie le importaba verdaderamente lo que hacía o dejaba de hacer. Y lloré, para descargar de una vez por todas, todo el dolor que me ocasionaba sentirme tan poca cosa, de pronto me había olvidado de cómo era sentirse orgullosa de una misma, lloré porque te extrañaba por primera vez y no podía hacer nada para recuperarte. A pesar de mis intentos siempre hay algo que supera mis fuerzas y me derriba haciendo caer una y otra vez de la misma forma, en el mismo lugar, lastimando mi dignidad. Fue así, que al saber que te habías ido perdí todas las ganas de seguir; tal vez me acostumbre demasiado a tenerte cerca y a que me transmitieras cada día un poquito de tu filosofía, porque de cada día hacías una historia diferente. Antes de que llegaras no confiaba en nadie, ni siquiera en mí, y la verdad es que siempre supe que algún día te iba a perder, porque lo bueno nunca dura mucho (al menos para mí) y lloré como tantas otras veces, a escondidas, para no defraudarte. Lloré, porque te necesitaba más que nunca, más que siempre y la noche recién comenzaba.

Y me muero por tenerte junto a mí, cerca ...
Te miro,
no estas ahí.
Te pienso,
no estas aquí.
Te sueño,
y no estas allí.
Creo mirarte, pensarte y soñarte
a pesar que no estas...


And you say you belong to me and ease my mind. Imagine how the world could be, so very fine, so happy together... I can't see me loving nobody but you for all my life. When you're with me, baby the skies'll be blue for all my life. Me and you and you and me, no matter how they toss the dice, it has to be the only one for me is you, and you for me, so happy together...

... Y si para nuestro amor no encuentro un buen adjetivo es porque te amo mucho, mucho más del 'te amo' que te digo
Todos buscan el amor perfecto, un amor sin problemas, un amor color de rosa, un amor que no existe. No intenten amar sin sufrir, mucho menos sin llorar, porque tanto amor por lo menos una lágrima ha de derramar. Así que no intenten encontrar un amor que no existe porque se pueden decepcionar y entonces, entonces si sufrirán.

"A orillas del río Piedra me senté y lloré. Cuenta una leyenda que todo lo que cae en las aguas de este río – las hojas, los insectos, las plumas de las aves – se transforma en las piedras de su lecho. Ah, si pudiera arrancarme el corazón del pecho y tirarlo a la corriente; así no habría más dolor, ni nostalgia, ni recuerdos.
A orillas del río Piedra me senté y lloré. El frío del invierno me hacía sentir las lágrimas en el rostro, que se mezclaban con las aguas heladas que pasaban por delante de mí. En algún lugar ese río se junta con otro, después con otro, hasta que - lejos de mis ojos y de mi corazón - todas esas aguas se confunden con el mar.
Que mis lágrimas corran así bien lejos, para que mi amor nunca sepa que un día lloré por él. Que mis lágrimas corran bien lejos, así olvidaré el río Piedra, el monasterio, la iglesia en los Pirineos, la bruma, los caminos que recorrimos juntos.
Olvidaré los caminos, las montañas y los campos de mis sueños, sueños que eran míos y que yo no conocía.
Me acuerdo de mi instante mágico, de aquel momento en el que un "sí" o un "no" puede cambiar toda nuestra existencia. Parece que sucedió hace tanto tiempo y, sin embargo, hace apenas una semana que reencontré a mi amado y lo perdí.
A orillas del río Piedra escribí esta historia. Las manos se me helaban, las piernas se me entumecían a causa del frío y de la postura, y tenía que descansar continuamente.
- Procura vivir. Deja los recuerdos para los viejos – decía él.
Quizá el amor nos hace envejecer antes de tiempo, y nos vuelve jóvenes cuando pasa la juventud. Pero ¿cómo no recordar aquellos momentos? Por eso escribía, para transformar la tristeza en nostalgia, la soledad en recuerdos. Para que, cuando acabara de contarme a mí misma esta historia, pudiese jugar en el Piedra; eso me había dicho la mujer que me acogió. Así - recordando las palabras de una santa - las aguas apagarían lo que el fuego escribió.
Todas las historias de amor son iguales."

River Plate (L)

River Plate (L)
Gracias por tantas alegrías... El más grande sigue siendo River Plate